El científico social Muzafer Sherif y su equipo, intrigados por el problema del conflicto entre grupos, decidieron estudiar el proceso en el contexto de campamentos de verano para niños. Aunque los niños nunca se dieron cuenta de que participaban en un experimento, los científicos manipularon de manera hábil el entorno social del campamento para observar los efectos en las relaciones grupales.
Lo que los investigadores descubrieron fue que no hacía falta mucho para generar hostilidad entre los grupos. Bastaba con separar a los niños en dos cabañas para que surgiera un sentimiento de "nosotros contra ellos"; permitir que los niños asignaran nombres a los grupos (las Águilas y las Serpientes) intensificó aún más la rivalidad. Pronto, los niños comenzaron a menospreciar las cualidades y logros del otro grupo. Sin embargo, estas formas de hostilidad fueron leves en comparación con lo que ocurrió cuando los científicos introdujeron actividades competitivas en la dinámica de los grupos.
Las búsquedas del tesoro entre cabañas, las competiciones de tira y afloja y los torneos deportivos dieron lugar a insultos y enfrentamientos. Durante las competiciones, los miembros del equipo contrario fueron etiquetados como "tramposos" y "apestosos". Después, las cabañas fueron saqueadas, las banderas rivales robadas y quemadas, se colocaron carteles amenazantes y las peleas en el comedor se volvieron habituales. En este punto, quedó claro que la receta para la discordia era rápida y sencilla: simplemente separar a los participantes en grupos y dejarlos en su propio ambiente por un tiempo. Luego, añadir la chispa de la competencia constante. Y ahí estaba: el odio entre grupos en plena ebullición.
Los científicos se enfrentaron entonces a un desafío mayor: ¿cómo eliminar la hostilidad que ya estaba arraigada? Primero intentaron el enfoque del contacto, reuniendo a los grupos con más frecuencia. Incluso cuando las actividades conjuntas eran agradables, como ver películas o participar en eventos sociales, los resultados fueron desastrosos. Los picnics terminaban en batallas de comida, los programas de entretenimiento derivaban en gritos y las filas en el comedor se llenaban de empujones. El equipo de investigación empezó a preocuparse de que, al estilo del Dr. Frankenstein, habían creado un monstruo fuera de control.
Entonces, en el punto álgido del conflicto, probaron una estrategia simple pero efectiva. Diseñaron una serie de situaciones en las que la competencia entre grupos perjudicaría a todos, mientras que la cooperación beneficiaría a ambos. Durante una excursión de un día, el único camión disponible para ir al pueblo a por comida quedó "atrapado". Se reunió a los niños, quienes trabajaron juntos para empujar y tirar del vehículo hasta ponerlo en marcha. En otra ocasión, los científicos interrumpieron el suministro de agua del campamento, que llegaba a través de tuberías desde un tanque lejano. Ante la crisis común y la necesidad de acción conjunta, los niños se organizaron armoniosamente para localizar y reparar el problema antes de que terminara el día. En otro caso, los campistas fueron informados de que había una película atractiva disponible para alquilar, pero el campamento no tenía fondos para pagarla. Sabiendo que la única solución era unir recursos, los niños reunieron su dinero y pasaron una noche agradable disfrutando de la película juntos.
Las consecuencias de estos esfuerzos cooperativos, aunque no fueron inmediatas, resultaron notables. Las tareas conjuntas exitosas en favor de objetivos comunes fueron cerrando poco a poco la brecha entre los grupos. En poco tiempo, los insultos cesaron, los empujones en las filas desaparecieron y los niños comenzaron a mezclarse en las mesas del comedor. Además, cuando se les pidió que nombraran a sus mejores amigos, muchos cambiaron su respuesta inicial, que solo incluía compañeros de su grupo, para incluir también a niños del otro grupo. Algunos incluso agradecieron a los investigadores la oportunidad de volver a elegir a sus amigos, ya que su percepción había cambiado desde la evaluación anterior.
En un episodio revelador, los niños regresaban de una fogata en un solo autobús, algo que antes habría provocado el caos, pero que, en ese momento, fue solicitado específicamente por ellos. Cuando el autobús se detuvo en un puesto de refrescos, los niños de un grupo, que aún tenían algunos dólares en su fondo común, decidieron invitar a sus antiguos adversarios a batidos.
Podemos rastrear el origen de este sorprendente cambio a los momentos en que los niños se vieron obligados a considerarse aliados. El procedimiento clave fue la imposición de objetivos comunes por parte de los científicos. Fue la cooperación necesaria para alcanzarlos lo que finalmente permitió a los miembros de los grupos rivales percibirse unos a otros como compañeros razonables, ayudantes valiosos, amigos y amigos de amigos. Cuando el éxito resultó de los esfuerzos mutuos, se hizo especialmente difícil mantener sentimientos de hostilidad hacia aquellos que habían sido compañeros de equipo en la victoria.
Fuente: "Influence" by Robert Cialdini.
Arraigar: Hacer que una costumbre, idea o sentimiento se establezca profundamente en una persona o grupo. (Ejemplo: El odio entre los grupos quedó arraigado después de tantas peleas). (En inglés: to take root, to become entrenched)
Perjudicar: Causar daño o hacer que alguien o algo esté en peor situación. (Ejemplo: La competencia extrema entre los grupos perjudicó la relación entre los niños). (En inglés: to harm, to damage)
Ebullición: Estado de gran agitación o actividad intensa. (Ejemplo: La rivalidad entre los grupos estaba en plena ebullición después de los juegos). (En inglés: boiling point, turmoil)
Entorno: Ambiente, contexto o conjunto de circunstancias que rodean a una persona o un acontecimiento. (Ejemplo: Los científicos manipularon hábilmente el entorno social del campamento). (En inglés: environment, surroundings)
Menospreciar: Considerar a alguien o algo como de poco valor o importancia, desdeñar o tratar con desprecio. (Ejemplo: Los niños comenzaron a menospreciar las cualidades del otro grupo). (En inglés: to belittle, to look down on)